El poema dramático Prometeo libertado del poeta romántico Percy Bysshe Shelley (1792-1822), que publicamos en conmemoración de los 200 años de su primera edición, es la entrega número 30 de la colección de clásicos La Fuente Escondida. La traducción, el prólogo, las notas y la bibliografía son del poeta y traductor Ricardo Silva-Santisteban. Las ilustraciones son del artista británico John Farleigh. Disponible en librerías de Lima y para envíos a nivel nacional.

Percy Bysshe Shelley nació en el seno de una rica familia aristocrática. A los diez años aprendió latín y ciencias naturales y, después de dos años de estudios, entró a estudiar en Eton, el colegio destinado a los hijos de la aristocracia y de burgueses adinerados. En octubre de 1810 ingresó al University College de Oxford, de donde fue expulsado en marzo de 1811 por la publicación del panfleto La necesidad del ateísmo. Sus ideas radicales en política y liberales en lo moral, lo llevaron a un clima de confrontación con el entorno conservador de la Inglaterra de su época, por lo que decidió abandonar para siempre su patria y dirigirse a Suiza e Italia, donde vivió y alternó con otros exiliados ingleses como Lord Byron y Mary Shelley. Desarrolló una extensa obra poética, dramática y ensayística, mucha de la cual quedó inédita a su repentina y prematura muerte. Entre sus principales obras se encuentran: Queen Mab: A Philosophical Poem (1813), Alastor, or The Spirit of Solitude (1815), Ode to the West Wind (1819), The Cenci, A Tragedy, in Five Acts (1819), A Defence of Poetry (1821), Epipsychidion (1821), Adonais (1821), entre otras. Murió ahogado en Italia en 1822.

Entre las obras de Shelley el Prometeo libertado (1820) destaca sobremanera, no solo como su poema más ambicioso y logrado sino también por la amplitud y complejidad de su concepción, su originalidad y riqueza y por su deslumbrante poesía. Por otra parte, se trata de una de sus obras mejor estructuradas y de mayor simetría en los cuatro actos que lo conforman. El Prometeo libertado es importante no solo dentro de la obra abundante de Shelley sino también dentro del movimiento romántico inglés. Significa una evolución frente a la generación romántica anterior representada por Wordsworth y Coleridge quienes, ante el candente dilema social planteado por la Revolución Francesa, derivaron más bien hacia la contemplación de Dios y de la naturaleza para callar o ignorar el problema del hombre y la sociedad. Shelley fue el único que se planteó este problema en términos sociales, filosóficos y políticos y quizá por eso su radicalismo a toda prueba dañó su imagen en una sociedad conservadora e imperialista como la inglesa del siglo XIX. El drama de Shelley es una obra de afirmación y testimonia su creencia en las posibilidades del hombre. Así, su Prometeo libertado debe entenderse como un mito pleno de optimismo en la transformación moral del hombre y en la del cosmos por las bondades del Amor, aunque el poeta supiera y aceptara que el hombre no podía estar «exento del azar, del cambio y de la muerte».


